Presumida, hermosa, sensual y caótica. Roma te acogerá a su manera exagerada y entusiasta tan pronto pongas un pie en el aeropuerto de Fiumicino. Entonces comprenderás que un director de cine como Fellini cayera rendida a sus pies.
Tienes 48h por delante para captar todos sus matices ¿Comenzamos?
Vuelos de Madrid a Roma1. Un paseo por el Coliseo, el Arco Constantino y el Palatino
Puedes empezar tu inmersión en Roma con un desayuno al más genuino estilo italiano en el Café Palombi, en Via Vittorio Venetto, 114. Una vez cargadas las pilas puedes dirigirte al Anfiteatro de Flavio, más conocido como Coliseo (Plaza Coliseo, número 1). Construido en el S. I dC es uno de los lugares más representativos de la ciudad y una de las siete maravillas del mundo. Además de la espectacularidad del monumento que se observa por fuera, también puedes recorrer sus numerosos pasos subterráneos donde esperaban las fieras para batirse en la arena. Tras el Coliseo, se encuentra el Arco de Constantino, (Via de San Gregorio), con 21 metros de alto, se construyó en honor a Constantino el Grande por su victoria en la batalla del Puente Milvio. Puedes terminar este primer paseo con la visita al Palatino, (Piazza de Santa Maria Nova) la colina mítica de la fundación de Roma, donde la leyenda indica que una loba amamantó a Rómulo y Remo. Las casas mejor conservadas son las de Domus Flavia, Domus Augustana y la Casa de Livia.
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2. Pisar lo que fue el centro neurálgico de la antigua Roma: El Foro Romano e Imperial
Resulta casi imposible pensar que estás caminando por lo que fue el corazón de lo que fue la vida romana. El Foro Romano (Via dei Fori Imperiali), se construyó a finales del siglo VI aC y todavía hoy se conservan: el Arco de Tito y el de Séptimo Severo, y los templos de Rómulo, Cástor y Polux, además de las extraordinarias columnas de Saturno. En la parte del Foro Imperial destaca la bellísima columna Trajana con sus bajorrelieves que narran las míticas batallas del emperador trajano sobre Dacia.
3. Descubre la Roma del Barroco: La Fontana di Trevi
Antes de continuar tu ruta turística puedes pararte un momento para degustar los platos del Gioia Mia (Via Avignonesi, 34) un lugar de paso apto para todos los bolsillos que ofrece pizzas excelentes pero también un menú muy asequible. Una vez repuestas las fuerzas ya estás preparado para seguir recibiendo los cientos de estímulos que proporciona Roma, como la ampulosa Fontana di Trevi (Piazza di Trevi) donde Anita Ekberg creó la escena más sensual de La Dolce Vita. No olvides tirar una moneda a la fuente para garantizar una segunda visita a Roma. Desde allí puedes visitar también, la Piazza Barberini y Trinità dei Monti.
4. La elegancia y sofisticación de Plaza España
Los diseñadores de alta costura como Bulgari o Gucci, han escogido la famosa Plaza de España para emplazar sus tiendas más representativas. Pensar en el porqué es casi una pregunta retórica. Con su escalinata infinita y rodeada de hermosos edificios de tonos pasteles, se trata de uno de los lugares más reclamados y sofisticados de la ciudad. Sobre la escalinata se erige la Iglesia de Trinità dei Monti y la Villa Medici. Debes saber además que este fue el entorno escogido también para los poetas Yeats y Shelley que tuvieron aquí su residencia. A los pies de la escalinata se encuentra la Fontana de la Barcaccia, de 1627. Nuestra recomendación es que, una vez visitada la Plaza España, sigas por la calle del Babuino, que te llevará hasta la plaza del Popolo.
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5. El misticismo del Panteón
Este templo espectacular que en su origen estaba erigido con el fin de rendir culto a todos los dioses sorprende por su hermosa cúpula de 43’30 metros de diámetro. En el centro de la misma, un óculo proporciona una suave luz natural a todo el templo esférico creando una atmósfera única. E impresiona más saber que allí se encuentra enterrado el famoso pintor Rafael. En esta zona también puedes encontrar las Plazas del Parlamento, Colonna y Montecitorio. Y si deseas descansar un poco y preguntas a cualquier romano, te recomendará que vayas a la famosa Casa del Café (Via degli Orfano, 84), donde degustarás un café más que delicioso.
6. Las fuentes de Piazza Navona
Tres fuentes de estilo barroco presiden la Plaza Navonna: la principal es la Fontana dei Quattro Fiumi, donde están representados los ríos Plata, Ganges, Danubio y Nilo; pero la plaza acoge también la Fontana del Moro y la de Neptuno. Además rodean la plaza impresionantes edificios también dentro del estilo del barroco como el Palazzo Pamphili y la Iglesia de Santa Agnese. Actualmente es un lugar de encuentro de artistas y feriantes y de los propios habitantes que acuden a disfrutar de las tardes en las terrazas de los restaurantes. Después de la Plaza Navona puedes seguir tu recorrido visitando el Campo dei Fiori y cruzar el río por el Ponte Sisto, que ofrece vistas al Vaticano y a la isla Tiberina.
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7. Atardecer en el barrio del Trastevere
Lleno de encanto con sus calles medievales, el Trastevere es un hermoso lugar para disfrutar por la tarde contemplando sus tiendas y curioseando en sus locales. Además, entre sus calles empedradas se esconden numerosos monumentos históricos como la Basílica de Santa María que se haya en la plaza del mismo nombre, la de Santa Cecilia o la colina de Gianicolo desde la que se observan unas vistas incomparables. El barrio del Trastevere también es una opción ideal para cenar: hay gran variedad de restaurantes a precios asequibles como el Glass Hostaria que tiene un menú de degustación completo de sabores exquisitos.
8. Imprescindible: Visita al Vaticano
Nuestra propuesta es que comiences tu segundo día en Roma con la visita al Vaticano. Eso sí, te tocará madrugar, porque es el lugar de peregrinación por excelencia para los cristianos pero también para los amantes del arte. ¡Siempre está a rebosar de turistas! Puedes comenzar subiendo a la cúpula de la Basílica San Pedro desde donde tendrás unas vistas impresionantes y después continuar la visita por la Basílica de San Pedro donde además de la belleza de su arquitectura se reúnen magníficas obras de célebres artistas como Rafael o Bernini. Destaca especialmente la escultura “La Piedad” de Miguel Ángel. Además tienes la opción de visitar las grutas subterráneas donde sepultaron a algunos Papas como Juan Pablo II. Por supuesto, también debes contemplar la famosa Plaza de San Pedro, rodeada de dos columnatas de estilo dórico que forman un semicírculo y coronadas, cada una de ellas, por un santo. El último de los imprescindibles es el conjunto de los Museos Vaticanos, que ofrecen una colección interminable de obras renacentistas. Entre ellas: la Capilla Sixtina, de Miguel Ángel o La Escuela de Atenas de Rafael. Muy cerca del Vaticano también podrás visitar el Castel Sant ‘Angelo, antiguo Mausoleo de Adriano que más adelante se convirtió en Fortaleza.
9. Piazza del Campidoglio
En tan solo unos metros puedes viajar de la Roma “Antica” a la actual pasando por la ciudad Renacentista. El Monte Capitolio acogía el Templo de Júpiter y a los estamentos políticos y religiosos de la antigüedad. Caída en el olvido durante años, el Papa Pablo III encargó su reforma a Miguel Ángel y este le devolvió su estatus transformándolo en una plaza de gran armonía. En la Piazza del Campidoglio se puede visitar el Palazzo Senatorio y los museos Capitolinos que atesoran una extensa colección de obras de la antigua Roma y del Renacimiento. Desde aquí se accede con facilidad a la Piazza Venecia en la que podrás contemplar el primer palacio renacentista de Roma y el Museo Palazzo Venezia que acoge una gran colección de arte bizantino.
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10. Una despedida nocturna desde las alturas
Para completar tu visita a esta extraordinaria ciudad y despedirte de ella puedes buscar un lugar elevado como el monte que se eleva entre el Trastevere y el Vaticano, al suroeste del Tiver, o desde la misma cúpula de la Basílica de San Pedro, e intentar de visualizar aquellos edificioso monumentos que visitaste o que te quedaron pendientes, como las murallas del Castillo de Sant’Angelo (Piazza Adriana) o el monte Gianicolo (Piazza Giuseppe Garibaldi). Por otro lado, si tus últimas horas en Roma son nocturnas, completa tu visita con un paseo por sus calles y plazas. Durante la noche la Piazza San Pedro queda en calma, sin el bullicio del dia, y es posible realizar una caminata bajo la serenidad de la luna. Además, la mayoría de los monumentos de la ciudad se iluminan durante la noche y los que no, adquieren un matiz especial gracias a la tenue iluminación de las calles de la ciudad.
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